En principio estaban diseñados para circular por terrenos complicados y para un uso en carretera o ciudad esporádico. Contaban con transmisiones con reductores y tracción a las cuatro ruedas y estaban preparados para superar las dificultades del terreno y pensando menos en el confort.
Pero la explosión de los SUV o todocaminos ha cambiado esta regla. Los SUV combinan las características de un todoterreno con las de un automóvil de ciudad o carretera. Son modelos de carrocería elevada y aspecto campero, aunque en muchas ocasiones no solo no cuentan con reductora sino que tampoco disponen de tracción total. Hay de diferentes tamaños, desde todocaminos urbanos de poco más de cuatro metros a grandes todoterrenos y pick up con más de cinco metros de longitud. Su peso en el mercado es cada vez más importante y durante 2015 casi un 26 por ciento de los modelos vendidos en España eran SUV.