Como ya hemos comentado, el Audi Q5 estrena su tercera generación, y hemos tenido la oportunidad de verlo, tocarlo y hablar con sus responsables para conocer en detalles sus fortalezas y aquellos aspectos en los que sus rivales más directos van a ponérselo más difícil.
No hay que olvidar que esta tercera generación del Audi Q5 sale a la venta estos días pero las primeras unidades no llegarán a sus destinatarios hasta principios de 2025, mientras que Mercedes lanzó su segunda generación del GLC –tercera, si incluimos el GLK– durante el verano de 2022 y BMW presentó la cuarta entrega del X3 hace apenas unas semanas, por lo que el segmento de los SUV de lujo del segmento D está más competido que nunca.
Lo mejor del nuevo Audi Q5
A falta de conducirlo, lo que más nos convence del Audi Q5 es que no se ha alejado del concepto original. Se trata de un modelo construido sobre una nueva plataforma que se lanza con motores diésel de dos litros y 204 CV, así como gasolina de idénticas cifras y un V6 3.0 de 367 CV como tope de gama, lo que significa que el SQ5 ya no será diésel como ocurría hasta ahora en Europa.
Se mantiene la tracción total permanente para toda la gama del Audi Q5, si bien el 2.0 de gasolina podrá pedirse también con tracción delantera. Seguirá habiendo un sistema de suspensión opcional con muelles neumáticos ideal para quienes empleen el vehículo fuera del asfalto, ya que esto permite elevar la carrocería y separarla del suelo, mejorando notablemente sus capacidades como 4×4.
Todas las versiones cuentan con un nuevo sistema de hibridación ligera que promete importantes ahorros de combustible y permite disponer de la etiqueta medioambiental Eco. Habrá también versiones híbridas enchufables, pero se lanzarán en una segunda fase, por lo que no llegarán al mercado, como pronto, hasta el verano de 2025.
El nuevo Audi Q5 cuenta con llamativas tecnologías como los faros traseros OLED, que ofrecen hasta ocho diferentes diseños para los grupos ópticos traseros, incluidos algunos con animaciones dinámicas. Además, en el interior puede pedirse una tercera pantalla de 10,9’’ para el acompañante del conductor, que puede entretenerse con opciones de ocio específicas o manejar el navegador cómodamente sin recurrir a la pantalla central.
El Mercedes GLC es un modelo muy equilibrado
El Mercedes GLC será uno de los rivales más duros del nuevo Audi Q5. De entrada, se ofrece con dos carrocerías, mientras que el alemán dispondrá inicialmente de una sola silueta, si bien el Audi Q5 Sportback se lanzará más adelante.
Dejando aparte la oferta de carrocerías, el GLC dispone también de un amplio abanico de sistemas de propulsión, con versiones de gasolina de entre 204 y 680 CV (parece un error tipográfico pero no lo es), así como diésel de 197 a 333 CV. Tanto los diésel como los gasolina se ofrecen con hibridación ligera o en versión enchufable, por lo que toda su gama cuenta con etiquetas Eco o Cero.
Amplio, bien acabado y con un generoso maletero, el GLC es un perfecto vehículo familiar. Ofrece tracción total en toda su gama, lo que supone una importante ventaja para circular sobre firmes sin compactar, nieve o hielo, si bien las versiones más deportivas y aquellas con acabado AMG no son adecuadas para salir del asfalto por su configuración (altura al suelo reducida, parachoques fáciles de dañar, neumáticos de poco perfil, etc.).
Opcionalmente hay disponible un conjunto de muelles neumáticos que permite aumentar la distancia de la carrocería al suelo para mejorar las capacidades del vehículo fuera del asfalto. Del mismo modo, los muelles neumáticos mejoran el confort en cualquier escenario.
Desde sus versiones más asequibles (a partir de unos 61.000 euros), se trata de un vehículo muy interesante por su polivalencia. Uno de sus aspectos diferenciadores es la oferta de versiones híbridas enchufables con motores tanto diésel como de gasolina, que además de unas grandes prestaciones ofrecen hasta 130 kilómetros de autonomía 100 % eléctrica.
El nuevo BMW X3 llega a finales de año
El nuevo BMW X3 llegará al mercado a partir de diciembre. Lo hará con una carrocería más grande y de aspecto más robusto, así como con una gama mecánica compuesta por versiones diésel, de gasolina e híbridas enchufables, siempre con tracción total. El abanico de potencias arranca en los 199 CV del diésel de dos litros y se cierra con los 398 CV del X3 M50 xDrive.
La versión híbrida enchufable de gasolina se conforma con 90 km, que son 40 menos de lo prometido por el Mercedes GLC. De los futuros Audi Q5 PHEV no hay todavía datos, aunque es previsible que superen la cifra de este BMW. También el maletero del PHEV se resiente, ya que pasa de los 570 litros del resto de versiones a sólo 460 litros.
BMW promete ofrecer un mejor compromiso entre confort y deportividad, si bien aún no hemos tenido la ocasión de conducir el vehículo para comprobarlo. No obstante, seguirá sin ofrecer muelles neumáticos en la suspensión, lo que le deja en una clara desventaja frente a sus rivales de Audi y Mercedes a la hora de salir del asfalto.
Tecnológicamente, puede presumir de su head up display con realidad aumentada, así como de una gran dotación de sensores de cara a implementar una destacable batería de sistemas de ayuda a la conducción, incluida una cámara frontal de 8 megapíxeles. No nos extrañaría que próximamente habilitara la conducción autónoma de nivel 3.
Como curiosidad, el nuevo X3 se fabrica en EE. UU., si bien su versión PHEV se produce exclusivamente en Sudáfrica, mientras que el Mercedes GLC se fabrica en Alemania y el Audi Q5 viene directamente desde México, dado que Norteamérica es su mercado más importante.
