No es la primera vez que hablamos del Nissan Patrol que se vende en la actualidad en mercados como Australia y Oriente Medio, y tampoco es la primera vez que hablamos de Premcar, la empresa australiana líder en ingeniería de productos que se especializa en las industrias automotriz, de defensa y aeroespacial.
Una de las actividades más vistosas de Premcar es el desarrollo de versiones todoterreno extremas que los fabricantes e importadores australianos ofrecen de forma oficial en sus concesionarios como si se tratara de vehículos con especificaciones de fábrica, como en el caso de este Nissan Patrol Warrior
Premcar presume de que, desde hace más de 25 años, sus desarrollos han dado lugar a más de 200.000 vehículos nuevos y 55.000 motores producidos de acuerdo a sus especificaciones, lo que convierte a este especialista en un auténtico gigante más que de un preparador al uso.
El Nissan Patrol Warrior comienza a fabricarse
La última creación de Premcar ha sido el Nissan Patrol Warrior, una preparación extrema del gigantesco todoterreno japonés cuyos primeros ejemplares llegarán a los concesionarios de Nissan a lo largo del próximo mes de octubre con el impresionante aspecto que puedes ver en las imágenes y el vídeo incrustado en esta noticia.
De entrada, hay que aclarar que aunque el Nissan Patrol dejó de venderse en España en 2010, ha seguido fabricándose y evolucionando para abastecer mercados como Oriente Medio, Oceanía y EE.UU., donde la actual generación (Y62) se comercializa como Nissan Armada o Infiniti QX.
Por supuesto, también ha ido creciendo y refinándose, siguiendo los pasos del Range Rover, si bien en Australia, donde los todoterrenos de verdad son una religión, han sabido ver su potencial y reconducirlo por el “mal” camino.
Así, aunque el modelo original se fabrica en Japón, las unidades del Nissan Patrol Warrior se terminan en Australia, concretamente en unas instalaciones nuevas, creadas para la ocasión en Epping, a las afueras de Melbourne.
Junto al Nissan Patrol Warrior se preparan también los no menos espectaculares Nissan Navara PRO-4X Warrior y SL Warrior. Y es que, aunque el Nissan Navara desapareció de nuestro mercado en 2022, también sigue vivo en medio mundo respondiendo a las demandas de quienes necesitan una herramienta de trabajo con buenas capacidades para salir del asfalto.
Así es el Nissan Patrol Warrior
El punto de partida es la última generación del Nissan Patrol con motor V8 atmosférico de inyección directa y 5,6 litros de cilindrada, que desarrolla 560 Nm, los cuales se traducen en 298 kW (405 CV).
Este motor (VK56) va acoplado a una caja de cambios automática que envía el par disponible a las cuatro ruedas a través de una caja tránsfer con reductora. Todo ello mueve una carrocería de 5,17 metros de longitud y casi dos de anchura en un conjunto de 2,8 toneladas.
Pero lo mejor viene ahora, ya que Premcar mejora las suspensiones y los neumáticos (que se reemplazan por unos Yokohama Geolandar A/T en medida 295/70-18 (con 87 cm de diámetro), mejorando netamente la altura libre al suelo y aumentando la anchura de vías en 40 mm.
En cuanto a las suspensiones, se conserva el vanguardista sistema Hydraulic Body Motion, que interconecta las suspensiones para emular la articulación tipo balancín del eje rígido a la vez que actúa como una barra estabilizadora activa, pero se añaden nuevos muelles helicoidales para ganar recorrido libre en las cuatro ruedas. Con todo ello, la altura libre aumenta nada menos que 50 mm.
Hay también un parachoques recortado para mejorar el ángulo de ataque, aletines para cubrir la proyección vertical de las ruedas más anchas, rueda de repuesto idéntica a las de serie, una protección delantera tipo patín y ganchos adicionales de remolque.
El interior también ha sido personalizado, y la carrocería puede escogerse en colores Brilliant Silver, Moonstone White, Gun Metallic o Black Obsidian, todo ello cubierto por los cinco años de garantía que Nissan ofrece en Australia en todos sus modelos. ¿El precio? Aún no se ha comunicado, pero la experiencia de los Nissan Navara Warrior hace pensar que no será ninguna locura. Qué envidia, ¿no?