Para muchos aficionados al todoterreno, el Mazda BT-50 es un viejo conocido, ya que se estuvo comercializando en España hasta el año 2012. Pero el hecho de que desapareciera de nuestro mercado no implica que dejara de fabricarse.
La actual generación del Mazda BT-50 se comercializa, entre otros mercados, en Australia, donde su nueva gama acaba de presentarse con dos completos packs de accesorios pensados para mejorar su rendimiento fuera del asfalto, convirtiendo este vehículo industrial en un todoterreno extremo.
La historia del actual Mazda BT-50
De entrada, hay que aclarar que el actual Mazda BT-50 (internamente denominado TF) es la tercera generación del modelo, si bien se trataría de la séptima entrega si incluimos la precedente Serie B (que también estuvo a la venta en España) en la saga.
El primer pick up Mazda B (BUA61) nació en 1961 y se trataba de un diseño propio, aunque desde la aparición de la cuarta serie, en 1985, Mazda compartió el desarrollo con Ford, lo que seguiría ocurriendo con la primera y la segunda generaciones del Mazda BT-50.
Y llegamos al Mazda BT-50 actual (TF), que ya no es un modelo compartido con Ford, sino con Isuzu, ya que se trata de un mellizo del Isuzu D-Max, que adopta para la ocasión un formidable rediseño en el que el característico frontal de los actuales turismos de Mazda se integra de forma magistral en la rectilínea carrocería de este pick up.
Por tanto, técnicamente el Mazda BT-50 es idéntico al modelo de Isuzu, y en Australia se ofrece en versiones de chasis-cabina simple, chasis-cabina ampliada (con puertas suicidas y dos plazas auxiliares) y doble cabina con multitud de equipamientos y configuraciones. Además, se puede elegir entre dos motores turbodiésel: 1.9 de 150 CV y 350 Nm o 3.0 de 190 CV y 450 Nm.
Así son los Mazda BT-50 SP y BT-50 Thunder
Quienes vayan a usar el Mazda BT-50 4×4 fuera del asfalto con asiduidad están de enhorabuena, ya que ahora Mazda Australia ofrece dos conjuntos de accesorios capaces de ponernos los dientes largos.
El paquete básico da lugar al nivel de equipamiento SP Pro. Cuenta con muelles más largos, que proporcionan 5,1 cm de elevación extra, amortiguadores Nitrocharger de doble cámara que prometen más confort en carretera y mayor rendimiento fuera del asfalto, nuevas llantas de 18”, una barra de luces de largo alcance LED auxiliares integrada en la parrilla del radiador y vinilos identificativos. Todo ello se ofrece por 7.668 dólares australianos o, lo que es lo mismo, 4.686 euros.
El segundo y aún más atractivo pack es el denominado Thunder Pro, que se construye a partir del equipamiento Thunder. En este caso, se añade un kit de suspensiones Old Man Emu BP-51, que es de uso específico para quienes utilicen su pick up a media carga. Este kit cuenta con amortiguadores específicos de nitrógeno con depósito separado y reglajes ajustables tanto de compresión como de rebote.
También incorpora una toma de admisión elevada (que permite al motor respirar menos polvo al tiempo que el vehículo incrementa su capacidad de vadeo) y un potente conjunto de luces auxiliares capaces de iluminar a más 1,1 kilómetros de distancia… (o eso dice Isuzu). Por supuesto, unos vinilos específicos se añaden a la carrocería. Todo ello cuesta 9.046 dólares australianos, equivalentes a 5.527 euros.
Hay que recordar, además, que el acabado Thunder, sin este kit, ofrece de fábrica elementos tan atractivos como el parachoques metálico con ángulos de ataque mejorados y soporte para el cabrestante o para una defensa, barra de luces auxiliares LED, barra trasera sobre la caja de carga (más ornamental que otra cosa), llantas específicas y aletines más anchos.
Todos estos elementos se añaden, lógicamente a esta especie de “preparación oficial”, en la cual lo único que echamos de menos son unos neumáticos realmente todoterreneros, algo que tiene fácil solución pero que aportará en torno a 1.000 euros extra a la factura.