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El Mercedes Clase G cumple 45 años, y todo empezó así 

El 10 de febrero de 1979 arrancaba la producción en serie del Mercedes Clase G, un vehículo único que ha ido evolucionando sin perder su esencia para llegar a 2024 convertido en toda una referencia en el mundo del todoterreno con un brillante futuro por delante.

Nacido hace ya 45 años, el Mercedes Clase G ha escrito un capítulo destacado en la historia del automóvil… y lo sigue escribiendo. Y es que, a pesar de que en varias ocasiones ha tenido fecha de caducidad, el Clase G es uno de los automóviles más longevos que han existido desde que Karl Benz inventara en 1886 el que está considerado como el primer automóvil de la historia.

Así que nos encontramos ante uno de los escasos modelos que han conseguido sobreescribir su destino, algo que en el competitivo y cambiante mundo del diseño industrial en general y del automóvil en particular está solamente a la altura de las verdaderas obras maestras. Pero un diseño acertado no garantiza por sí solo este éxito. La verdadera clave que ha convertido al Mercedes Clase G en un automóvil “más fuerte que el tiempo” es su capacidad de evolucionar y adaptarse a los nuevos gustos y necesidades de sus usuarios manteniéndose fiel a su esencia, un logro del que muy pocos automóviles pueden presumir.

origen mercedes clase g 7 Motor16
De derecha a izquierda, los Clase G W460, W463 y el recientemente renombrado W465.

Mercedes Clase G: Tres generaciones para un modelo único

Dicho todo esto, lo cierto es que aunque hablamos de un único Mercedes Clase G, en realidad se trata de una línea genealógica que ha requerido de algunos saltos evolutivos para mantenerse al día en prestaciones, confort, dinámica de conducción, tecnología y seguridad. Así, el primer clase G (W460) nace en 1979 con su característico chasis de largueros y travesaños, dos ejes rígidos, tracción total conectable manualmente y dos diferentes batallas sobre las que se articulará una amplia oferta de carrocerías y motores, con un abanico de potencias que parte de los 72 CV del diésel montado por el 240 GD hasta los 158 CV del motor de gasolina de seis cilindros en línea del 280 GE.

A partir de entonces, el vehículo y su gama irán evolucionando de manera constante año tras año hasta que en 1990 se reemplaza por un nuevo modelo (W463), con un chasis mejorado, una carrocería levemente rediseñada, un interior claramente más refinado, con mayores posibilidades de equipamiento, sistemas de seguridad avanzados como el ABS y los airbags, así como una gama mecánica que arranca con los 94 CV del diésel 250 GD y se cierra con los 170 CV del 300 GE, si bien pronto comenzarán a llegar los Clase G más potentes, como el 500 GE, con un V8 de 241 CV, que aparecería en 1994, meses antes de que el modelo adquiriera su denominación oficial como Clase G y su actual sistema de nomenclaturas en el que aquel 500 GE pasaba a denominarse G 500.

Llega la tercera generación del Mercedes Clase G

Los Clase G siguieron evolucionando de manera imparable hasta que en 2018 se produce el siguiente salto evolutivo. A pesar de que inicialmente se decidió conservar la denominación W463, los cambios introducidos hace apenas seis años son propios de un nuevo modelo, con un chasis ampliamente modificado, suspensiones delanteras independientes que marcan un antes y un después en cuanto a comportamiento en carretera sin perder capacidades en campo, y una carrocería rediseñada gracias a la cual se podía ampliar por fin la anchura del habitáculo.

La gama inicial constaba de motores de gasolina de 482 CV (G 500) y 585 CV (G 63 AMG), si bien pronto aparecería un diésel de 286 CV (G 350 d). Durante el presente año 2024, el Clase G ha recibido una importante actualización, con nuevos motores dotados de hibridación ligera, así como la introducción de la versión eléctrica G 580, lo que ha conllevado finalmente un cambio de denominación interna (W465).

Una historia que comienza hace más de medio siglo

Pero aunque el Clase G comienza a fabricarse en 1979, su historia arranca, en realidad, siete años antes, cuando Mercedes-Benz AG (por aquel entonces denominada Daimler-Benz AG) y Magna-Steyr (entonces Steyr-Daimler-Puch) constituyen una empresa conjunta para desarrollar y fabricar el Mercedes-Benz Clase G y su clon Puch G.

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Prototipo del Clase G, en 1975.

Los responsables de ambas compañías concibieron el proyecto bajo una premisa clara: fabricar un vehículo que fuera eficaz en los terrenos más abruptos al tiempo que garantizara un comportamiento seguro y confortable sobre asfalto, desarrollando paralelamente versiones profesionales y militares para organismos y ejércitos de todo el mundo.

La primera maqueta en madera del Clase G –conocido en sus inicios como proyecto H2– materializó la idea en 1973, y los primeros prototipos funcionales verían la luz un año más tarde, ya con unas formas muy parecidas a las del modelo de producción, buscando siempre la máxima practicidad a la hora de fabricarlo, repararlo y utilizarlo. Mercedes se encarga del diseño general del vehículo, mientras Steyr aporta su amplia experiencia en materia de transmisiones para todoterreno, desarrollando una caja tránsfer sincronizada que permitirá el acoplamiento del tren delantero durante la marcha.

El vehículo se diseña intencionadamente alto y estrecho para sortear grandes obstáculos y poder circular por las más angostas pistas forestales. Su fase de pruebas transcurre por los escenarios más diversos: desde las cuencas mineras de Alemania hasta el desierto del Sahara y el Círculo Polar Ártico. Un montante de 100 millones de marcos alemanes (algo más de 51 millones de euros) es destinado a la construcción de una nueva planta en el complejo que la firma austríaca poseía en Graz para acoger la producción en serie del nuevo todoterreno a partir de 1979. Hasta 800 empleados fueron contratados para llevar a cabo el montaje del Clase G, proceso que realizaban de forma manual casi en su totalidad.

El 10 de febrero de 1979 arranca la producción en serie del nuevo modelo, con una capacidad inicial de 9.000 unidades anuales. Poco podían imaginar aquellos 800 operarios que, 45 años más tarde, el Mercedes Clase G seguiría fabricándose en el mismo lugar, con una capacidad de producción quintuplicada, convertido en un icono del todoterreno y del lujo que ha escrito un capítulo destacado en la historia del automóvil… y lo sigue escribiendo.