El Audi Q5 estrena tercera generación. Se trata de un modelo completamente nuevo que respeta tanto el diseño como el propósito del vehículo original. Se lanza con motores 2.0 TDI de 204 CV y 400 Nm y 2.0 TFSI de gasolina de 204 CV y 340 Nm, mientras que la variante SQ5 oficia de tope de gama, con motor V6 3.0 TFSI de 367 CV y 550 Nm, con un nuevo y eficiente sistema de hibridación ligera para todas las versiones.
De entrada, su diseño no es rupturista, sino una evolución de lo ya conocido, a pesar de que el nuevo Audi Q5 se fabrica sobre la plataforma Premium Combustion (PPC) en lugar de emplear la MLB Evo, como hasta ahora.
En Audi nos explican que la nueva arquitectura permite un diseño más flexible y una mejora de la eficiencia, si bien este Audi Q5 sigue siendo un SUV con carrocería autoportante, un conjunto longitudinal de motor y cambio de marchas, así como un sistema de tracción total para todas las versiones salvo el 2.0 TFSI, que está también disponible con tracción únicamente delantera.
Pasada la fase de lanzamiento, la gama promete completarse con otras especificaciones mecánicas, incluidas variantes con sistema de propulsión híbrido enchufable, por lo que todos los Audi Q5 contarán con etiquetas medioambientales Eco o Cero.
Diseño más musculoso para el nuevo Audi Q5
Mientras paseamos alrededor del vehículo, sus responsables nos explican que la tercera generación del Audi Q5 pretende tener un aspecto más “deportivo”, e inciden en la importancia de las proporciones, con un tercio de la altura ocupada por la parte acristalada y dos tercios por la “chapa”.
El capó se encuentra más elevado para dar sensación de robustez, y los grupos ópticos son realmente llamativos, con tecnología OLED para las ópticas traseras y un menú de patrones lumínicos configurable a gusto del conductor tanto para éstas como para las luces diurnas delanteras.
Las versiones S line incorporan elementos aerodinámicos funcionales como las toberas que generan un flujo laminar a modo de “cortinas de aire” que “barre” la turbulencia generada por las ruedas, y también nos gusta encontrar colas de escape que son igualmente funcionales en lugar de meros ornamentos.
De hecho, puedes distinguir los motores del Audi Q5 fijándote en las colas de escape. Un único elemento doble cuadrangular a la izquierda es identificativo de los motores diésel. Si la cola rectangular se encuentra a ambos lados nos encontramos ante una unidad de gasolina, mientras que el SQ5 recurre a dos clásicos tubos redondos dobles.
En realidad, los Audi Q5 contarán con tres líneas de diseño: básica, Advanced y S line, dejando aparte el SQ5, que comparte elementos con el S line. A todo esto, un paquete de componentes en color negro permite personalizar aún más la carrocería, que podrá elegirse en once colores, incluidos los nuevos Gris Tambora y Sakhir Gold metalizado. Finalmente, podrá elegirse también entre un amplio surtido de llantas de entre 17 y 21 pulgadas.
Interior vanguardista en el nuevo Audi Q5
En el interior del nuevo Audi Q5 encontramos un salpicadero con los elementos habituales en los últimos modelos lanzados por la firma de Ingolstadt, incluida la doble pantalla formada por el cuadro de mandos (de 11,9’’) y la pantalla central (14,5’’), con una tercera pantalla opcional (10,9’’) frente al acompañante.
Asimismo, la palanca del cambio desaparece, reemplazada por un conmutador mucho más compacto que se complementa con levas tras el volante. Éste dispone de superficie táctiles, las cuales colonizan también las puertas y, desde nuestro punto de vista, suponen un paso atrás en cuanto a practicidad, ya que obligan a desviar la mirada a cualquier conductor que no esté especialmente entrenado para reconocer todas las funciones al tacto.
Dicho esto, las tres unidades que hemos podido “tocar” (aunque sin conducirlas) muestran buenos ajustes y sensación de calidad. La postura al volante resulta especialmente cómoda, muy natural, con la cadera alejada del suelo, como corresponde a un SUV. Por su parte, las plazas traseras son amplias, bastante accesibles y no sólo pueden desplazarse longitudinalmente sino que cuentan también con el respaldo reclinable.
Quizá lo que menos nos convenza es que siga habiendo un enorme túnel central que limita la comodidad del ocupante de la “quinta plaza”. Entendemos que es necesario para alojar el árbol de transmisión y aportar rigidez al monocasco frente a la flexión (no tanto para las torsiones), pero no hay que olvidar que muchos rivales consiguen combinar un piso plano con un buen comportamiento, y el uso de una plataforma de nuevo diseño era una oportunidad perfecta para mejorar en este aspecto.
En cualquier caso, hay muchos elementos que permiten mejorar la vida a bordo, como la bandeja de carga inductiva y refrigerada de 15 vatios en la consola central delantera, dos puertos USB-C en la parte delantera y otros dos en la trasera y la posibilidad de disponer de capacidades de carga de hasta 60 vatios en los USB frontales, mientras que los puertos traseros pueden incluso admitir hasta 100 vatios, haciendo viable el uso de dispositivos más grandes como ordenadores portátiles.
Dicho todo esto, para disfrutar del nuevo Audi Q5 deberemos esperar al primer trimestre de 2025, si bien los pedidos se abrirán a lo largo de septiembre. En Alemania, los precios arrancan en 52.300 euros para el Audi Q5 TFSI de 204 CV y tracción delantera. El Audi Q5 TFSI quattro de 204 CV sube hasta los 54.650 euros, mientras que el TDI quattro arranca en 57.100 euros. Y si quieres el más deportivo SQ5, deberás desembolsar 82.900 euros.
