No es el primer restomod del Land Rover Defender clásico ni será el último, pero sin duda es uno de los más atractivos que hemos visto en los últimos tiempos. Su artífice es Kingsley Re-Engineered, y ha aprovechado la celebración del Salon Privé Blenheim Palace Concours para mostrarlo.
En realidad, esta unidad es tan sólo una muestra de las especificaciones definitivas que esta empresa familiar de Eynsham, Witney (Inglaterra) ofrece para todo aquel quiera un Land Rover Defender restaurado y actualizado, una operación que Kingsley llevaba a cabo tradicionalmente con los Range Rover clásicos y que ahora extiende al “hermano pobre” de la familia Land Rover.
Así es el Land Rover Defender 90 reinterpretado por Kingsley
El restomod de Kingsley para los Land Rover Defender se ofrece tanto en configuraciones de batalla corta (90) como de batalla larga (110), si bien no se habla de los modelos de batalla extra-larga (130), y en todos los casos se dan “rienda suelta a la personalidad del cliente”, todo ello con la idea de mantener su esencia y mejorar aquello susceptible de ser mejorado, que en el caso del Defender clásico no es un asunto baladí.
La base, obviamente, es siempre una unidad original del Land Rover Defender. Kingsley no especifica si el modelo base ha de ser necesariamente de la última serie (2012-2016), fácilmente distinguible por el capó abombado, o si puede emplearse cualquier Defender, ya que el modelo fue lanzado en 1983 para sustituir a los Land Rover Series III y, desde entonces, fue experimentando diversas mejoras, pero sin modificaciones estructurales.
En cualquier caso, el preparador explica que cada vehículo requiere aproximadamente 1.500 horas de mano de obra especializada, y que todos los trabajos se realizan en la sede de la compañía. En general, el restomod típico recurre al motor original revisado, si bien esta unidad instala un nuevo motor V8 de 4,3 litros preparado por Kingsley, con 220 CV y 360 Nm.
Se trata de un motor Rover montado en los Range Rover entre 1992 y 1995; un motor tranquilo pero fiable fabricado íntegramente en aluminio y basado en un diseño de Buick de 1960 que fue evolucionando con el tiempo hasta dejar de fabricarse en 2006. En esta configuración, la velocidad máxima supera los 160 km/h, mientras que el paso de 0 a 100 km/h se lleva a cabo en sólo 9,5 segundos.
Quienes quieran más rendimiento, pueden optar por los motores V8 LS3/LT1 de Chevrolet, que ofrecen típicamente entre 430 y 500 CV, con la ventaja de ir aparejados a cajas de cambio automáticas y el inconveniente de renunciar a la autenticidad que supone incorporar un motor de otro fabricante, algo que rompe las reglas no escritas de un buen restomod.
La suspensión y los frenos también se han mejorado significativamente. El Land Rover Defender viene equipado con amortiguadores activos, frenos sobredimensionados y neumáticos todoterreno BFGoodrich en llantas de 18 pulgadas color antracita.
El Land Rover Defender de Kingsley, por dentro
Dejando aparte la mecánica, el interior está concebido como “un santuario” y como “un centro de mando”, con asientos Recaro tapizados en cuero Nappa de alta calidad y revestimientos de Alcantara y madera por todo el habitáculo. En el caso concreto de la unidad presentada, la tapicería recurre a cuero color arenisca combinado con cuero tejido Spinneybeck para la base y el respaldo de los asientos.
Nos llama especialmente la atención el cuadro de instrumentos mejorado Kingsley (el Defender original carecía de cuentarrevoluciones hasta 2012). Hay también un precioso y minimalista volante Nardi de diámetro más pequeño, así como un equipo de info-entretenimiento con Apple CarPlay inalámbrico integrado en un salpicadero completamente forrado de cuero.
John Sawbridge, director general de Kingsley Re-Engineered, explica que cada unidad “pasa por un meticuloso proceso de restauración; no dejamos piedra por remover. Esto incluye todo, desde la eliminación de la corrosión del chasis original para garantizar la durabilidad a largo plazo […] hasta la protección interna completa del chasis y los paneles con cera […] No solo fabricamos automóviles para hoy, sino para el mañana y las generaciones venideras”.
Cabe destacar que desde su inauguración, en 2001, Kingsley ha restaurado, reconstruido y mantenido más de 500 Range Rover y Land Rover clásicos, lo que tiene su mérito teniendo en cuenta que los precios de sus transformaciones no son precisamente baratos. Y es que la tarifa base parte de las 140.000 libras esterlinas (unos 166.000 euros) más IVA, lo que no está mal para un coche “refabricado”.
Fotos del Land Rover Defender 90 restomod de Kingsley
