El Toyota FJ Cruiser es uno de los modelos más icónicos de la historia reciente del automóvil. Comenzó a fabricarse en enero de 2006 en la planta de Hamura (Tokio, Japón) en la que Toyota fabrica, principalmente, los vehículos industriales de su marca Hino, y su producción cesó en diciembre de 2022, después de 17 años ininterrumpidos.
Para despedirse, el año pasado ya se lanzó un Toyota FJ Cruiser Final Edition en los mercados de Oriente Medio, pero la confirmación oficial de su desaparición ha llegado justo ahora.
Según el medio especializado sudafricano Cars.co.za, los responsables locales de Toyota confirmaron el cese de la producción, lo que obviamente afecta a todos los mercados en los que actualmente se comercializaba este todoterreno que en su momento presentaba una atractiva combinación de diseño futurista y aspecto retro.
Así es… o “era” el Toyota FJ Cruiser
El Toyota FJ Cruiser es un todoterreno basado en el chasis y la cadena cinemática que comparten los Toyota Land Cruiser 120/125 (el todoterreno más vendido de España durante muchos años consecutivos) y el Toyota 4Runner, si bien el único motor con el que estuvo disponible es la unidad 1GR-FE, un V6 4.0 atmosférico de gasolina de unos 240 CV y 380 Nm, principal motivo por el que este vehículo no llegó a ofrecerse oficialmente en España.
El Toyota FJ Cruiser no se vendió en España… a través de los concesionarios de la filial del fabricante japonés, pero sí llegaron a España decenas de unidades a través de importadores paralelos y, de hecho, personalmente he tenido la ocasión de probarlo (y de enamorarme de él) en varias ocasiones.
Su diseño era una fiel traslación a la producción de las líneas del prototipo homónimo presentado en 2003 en el salón de Detroit, un concept que enamoró a los aficionados, ya que homenajeaba a la Serie 40 del Land Cruiser, posiblemente la más icónica del todoterreno japonés.
El Toyota FJ Cruiser disponía, obviamente, de tracción total, reductora, eje trasero rígido, suspensiones de amplio recorrido, neumáticos grandes (en algunas versiones se montaban las excelentes BFGoodrich All-Terrain T/A) y unas cotas fantásticas.
Como peculiaridad, carecía de pilares B y contaba con puertas laterales de apertura opuesta o “suicidas”, al igual que los pick ups de cabina ampliada.
Su puesto de conducción no planteaba problemas, si bien las plazas traseras pecaban de falta de visibilidad hacia los laterales, al quedar la zona de la cabeza de los ocupantes tapada por el grueso pilar C.
En cualquier caso, era un soberbio todoterreno, con un hardware solvente, múltiples posibilidades de preparación y una impactante estética. Probablemente dentro de unos años veamos cómo su valor comienza a subir, así que si eres uno de los afortunados aficionados que posee alguna de las escasas unidades que hay rodando aún por nuestras carreteras y nuestros caminos, no te deshagas de él o casi seguro que acabarás arrepintiéndote.