El Toyota IMV 0 está siendo presentado estos días en el Salón de Tokio, rebautizado como Japan Mobility Show, una feria internacional que siempre se ha caracterizado por el importante peso que tienen las propuestas futuristas, las cuales representan un “cebo” de enorme atractivo para el público japonés y una manera de mostrar músculo y visión innovadora por parte de los fabricantes locales frente a los de la vieja Europa.
Este carácter futurista cobra una especial relevancia en momentos como el actual, en el que vivimos un claro cambio de paradigma y nos preguntamos cómo serán realmente las propuestas de movilidad del futuro, algo a lo que Toyota pretende dar respuesta con modelos como este pick up.
Toyota IMV 0: Un pick up más grande de lo que parece
El Toyota IMV 0 se define como “una solución de movilidad que posibilitará un mayor potencial de personalización para usos profesionales y personales”. En este sentido, el fabricante japonés afirma que “los propietarios desempeñan un papel en el proceso de creación de la movilidad”.
Cuenta con la longitud habitual en este tipo de vehículos (5,30 metros), una anchura de 1,79 metros y una altura de 1,74. Su distancia entre ejes alcanza los 3,08 metros. Frente a estas dimensiones, el actual Toyota Hilux mide tres centímetros más de largo, uno más de ancho y seis más de alto, mientras que su batalla es de 3,09 centímetros, cifras muy similares a las del Toyota IMV 0.
En cuanto a sus sistemas de propulsión, tratándose de un vehículo global parece ser que su fabricante ha planteado alternativas térmicas y eléctricas, lo que permitiría su uso tanto en ciudades como en entornos remotos.
Pero lo realmente interesante del Toyota IMV 0 será su modularidad. De entrada, entre las propuestas presentadas por Toyota no encontramos una caja de carga convencional. En realidad, el vehículo se plantea más bien como una plataforma sobre ruedas en la que pueden acoplarse carrozados muy diversos. Según su fabricante, el vehículo “posibilita estilos de vida ligados a la movilidad del futuro, ofreciendo un mayor potencial de personalización, para usos tanto profesionales como personales”.
El Toyota IMV 0, presentado en el Salón de Tokio
El rebautizado Japan Mobility Show donde se presenta el Toyota IMV 0 era hasta ahora conocido como Salón Internacional del Automóvil de Tokio, si bien nació en realidad con el nombre de All Japan Motor Show, en 1954, como un evento centrado en vehículos industriales. Con el paso del tiempo, los turismos y, sobre todo, los prototipos fueron ganando peso hasta convertirse, desde la década de los años 70, en los auténticos protagonistas de la feria.
Ese carácter “exótico” fue un gran argumento mediático para la muestra, cuya repercusión en los medios de todo el mundo fue notable en las décadas de los años 80 y 90 del pasado siglo. A mayores, la feria era un importante escaparate para que las marcas europeas mostraran sus propuestas al mercado local antes de la llegada de Internet a todos los rincones del planeta.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que una parte relativamente importante de aquellas propuestas futuristas no eran más que ejercicios de estilo creados sin grandes complicaciones por los departamentos de diseño de los grandes fabricantes japoneses, ya acostumbrados a concebir prototipos con aspecto de nave espacial o de electrodoméstico futurista que, en la inmensa mayoría de los casos, en realidad no iban a traducirse en ningún modelo de producción en serie.
Más allá del impacto mediático, la feria tenía una afluencia de público que en su época dorada llegaba a rozar los dos millones de visitantes presenciales, algo difícil de imaginar en la actualidad, en la cual los salones del automóvil no pasan por su momento de mayor popularidad.