Corría el mes de junio de 2016 cuando un artesanal y, prácticamente desconocido fabricante de vehículos de la Toscana en Italia, lanzaba al mercado el primer deportivo made in Italy que superaba la barrera de los 1.000 CV de potencia. Hasta la fecha ni Ferrari, ni Lamborghini, ni Pagani, ni ninguna otra marca con sede en el país italiano había conseguido tales cifras de las que podía presumir el particular Mazzanti Evantra Millecavalli.