Para su construcción la marca ha empleado un 370Z estándar pero modificando consecuentemente los dos trenes rodantes y la suspensión para albergar las ruedas traseras oruga y los esquís delanteros. Éstos últimos se dirigen desde el volante del habitáculo como si de unas ruedas se tratasen. Curiosamente, y pese a saber que no son funcionales, los frenos del eje delantero aun siguen en su sitio. La carrocería y las ópticas han sido cubiertas con vinilos de colores fosforescentes para ser de lo más llamativo en las pistas de ski.

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